El enfoque de la actividad rutinaria empezó como una explicación de los delitos depredatorios. Partió de la base de que, para que tales crímenes acontezcan, debe existir una convergencia en el tiempo y en el espacio de tres elementos básicos: un posible delincuente, un objetivo apropiado y la ausencia de un vigilante adecuado al delito.

La vigilancia frecuentemente es inadvertida y, con todo, tiene un efecto potente contra el delito. Y, más importante todavía, cuando los vigilantes están ausentes el objetivo está especialmente expuesto al riesgo de un ataque delictivo. En el enfoque de la actividad rutinaria, se prefiere el término “objetivo” al de “víctima”, que puede estar ausente por completo de la escena del delito. Así, el propietario del televisor suele estar fuera cuando el ladrón se apodera de él. El televisor es el objetivo y la ausencia del propietario y de otros vigilantes hace más fácil el robo. Objetivos de un delito pueden ser una persona o un objeto, cuya posición en el espacio y el tiempo los ponen en mayor o menor riesgo de un ataque delictivo.
Cuatro elementos principales influyen sobre este riesgo, agrupados bajo el acrónimo VIVA:
–Valor.
–Inercia.
–Visibilidad.
–Acceso.
Estas cuatro dimensiones se tienen en cuenta desde el punto de vista del infractor. Los delincuentes estarían interesados en objetivos a los que atribuyen valor, por el motivo que sea. Así, en las tiendas de discos se robará más el disco compacto del último gran éxito que uno de Beethoven de aproximadamente el mismo precio, puesto que la mayoría de delincuentes desearían tener el primero pero no el segundo.
Inercia es sencillamente el peso del artículo. Así, los productos electrónicos peque- ños se roban más que los artículos más pesados, salvo que estos últimos estén provistos de motricidad o ruedas para aligerar su peso.
Visibilidad se refiere a la exposición de los objetivos a los delincuentes, como, por ejemplo, cuando alguien exhibe dinero en público o pone bienes valiosos junto a la ventana.
Acceso se refiere al diseño de las calles, ubicación de los bienes cerca de la puerta u otros rasgos de la vida cotidiana que facilitan a los delincuentes hacerse con los objetivos.
Para que tenga lugar el delito depredatorio típico, un posible delincuente debe encontrar un objetivo apropiado en ausencia de un vigilante adecuado. Esto significa que el número de delitos puede incrementarse sin que haya más delincuentes, siempre que existan más objetivos o puedan hacerse con los objetivos en ausencia de vigilantes. Ello significa también que la vida de la comunidad puede cambiar y generar más oportunidades delictivas sin que haya habido incremento alguno de la motivación criminal.
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