viernes, 20 de abril de 2012

Reflexiones de Tony Peters sobre la criminología

La criminología mundial sufrió una perdida irreparable con motivo de la triste desaparición del eminente criminólogo belga Tony Peters, presidente de la Sociedad Internacional de Criminología y destacado miembro de la comunidad criminológica.


Su larga trayectoria le había granjeado numerosos premios y reconocimientos a una labor en la que destacan sus trabajos sobre el ámbito penitenciario, las penas alternativas al encarcelamiento, la mediación penal, la justicia restaurativa o la victimología entre muchos otros.

A continuación les comparto
Reflexiones sobre la criminología emitidas en el discurso de aceptación del doctorado Honoris Causa con que la Universidad del País Vasco.

La Criminología tiene que evitar perderse en una fragmentación de especialidades temáticas. Es preciso desarrollar teorías globales, que faciliten la interconexión entre diferentes temas y terrenos. Si no los criminólogos se pierden en tantas especialidades que tienen pocas cosas en común para comunicar entre ellos.
2. En relación con la formación del criminólogo todo programa académico de criminología ha de buscar un equilibrio entre la preparación del criminólogo hacia la intervención y la preparación para la investigación científicas. La vida profesional del criminólogo pone de manifiesto el peso de la intervención, que se presenta en dos niveles distintos: la intervención a nivel de la persona (como sospechoso, condenado, ciudadano, víctima etc.) y la intervención a nivel de la organización o de la institución.
• Pues bien, en la preparación de los estudiantes a la intervención conviene resaltar el valor fundamental de las prácticas. En el modelo del programa de criminología en Lovaina, hemos invertido mucho en colocar estudiantes en diferentes prácticas y acompañarles durante el proceso de aprendizaje, entendiendo que el papel del profesor es descubrir los talentos y capacidades del estudiante y darle la oportunidad de desarrollar su perfil criminológico.
Las prácticas se realizan en una amplia variedad de instituciones y organizaciones y hemos tenido muy buenas experiencias con los estudiantes en esta parte de la educación criminológica.
Muchas veces hemos descubierto talentos ocultos y capacidades todavía no utilizadas, que se desarrollaron plenamente durante las prácticas. Ahora bien, los mejores resultados son, sin duda alguno, los procedentes de las prácticas realizadas en países extranjeros, donde el estudiante se enfrentó no solamente a una determinada intervención criminológica relevante, sino también al desafío de funcionar en otra lengua y en el marco de otra cultura.
Estos estudiantes generalmente logran un gran éxito en su carrera profesional. Muchos entre ellos se han involucrado en la vida universitaria como investigadores; otros trabajan en contextos internacionales.
• Pero el criminólogo también debe prepararse para la investigación científica. En este punto se nota una tendencia clara a insistir en la metodología cuantitativa, hasta sobreestimarla.
Ahora bien, en Criminología la actitud de preferir, casi exclusivamente, la "evidence based research" me parece inaceptable. Muy al contrario, lo que se precisa es combinar diferentes técnicas de investigación científica y buscar un equilibrio entre la investigación cuantitativa y otras formas metodológicas, como la aproximación fenomenológica existencial.
Esto es particularmente relevante en el caso de las investigaciones victimológicas, por ejemplo, la relativa a los delitos de violencia. En ellos el simple análisis de los informes policiales y judiciales, no nos permite llegar a la esencia de los mismos. Como Nils Christie aconsejara hace tiempo es a través de las entrevistas en profundidad con víctimas seleccionadas cuando se logra una rica información sobre el delito, sus consecuencias y acerca de las interferencias con la intervención policial y judicial.
Evidentemente hay que elegir la metodología y técnica de la investigación en función del tema, del sujeto y de los problemas; y muchas veces será preciso desarrollar un proceso creativo, aportando las técnicas más adaptadas, en el marco de una combinación diferenciada.

Análisis del comportamiento del agresor sexual: entrevista a victimas


La entrevista a víctimas de agresión sexual es una de las áreas más delicadas y sensibles del proceso de investigación criminal, se debe ser consciente que la victima ha pasado por un evento traumatico intenso, por lo que la actitud del criminólogo debe ser ética, respetuosa, dándole su espacio y tiempo para expresar sus emociones, cubrir sus necesidades físicas y psicológicas y sobre todo, explicarle de la forma más simple la importancia de su cooperación y de los detalles que pueda proporcionar.
El mayor reto al que se enfrenta el investigador es sin duda LA FORMULACION ADECUADA de las preguntas ya que un tono incorrecto o una formulación equivoca rompe el vinculo de confianza.
A continuación se muestra un esquema básico de preguntas que se pueden realizar a la victima para la construcción primaria de un perfil criminal.  El entrevistador debe ajustar el sentido, tono, modalidad y pertinencia de las preguntas, siempre respetando la decisión de la victima de contestar o no a los cuestionamientos.
Se recomienda usar una técnica especifica de entrevista como Backster.
Motivación
1. Describa la manera en que el delincuente se acercó y tomó el control sobre Ud.
2. Describa todas las acciones que tomó para mantener el control sobre usted durante el asalto.
3. Describa (secuencialmente) cada acto de fuerza física utilizada por el delincuente.
4. ¿Se resistió ante el atacante de forma física, verbal, o pasiva? Si es así, describa paso por paso que fue lo que hizo
5. ¿Cómo reacciono el Agresor a sus intentos de resistirse?
6. ¿El Agresor Experimento alguna disfunción sexual? Si es así, explique que dificultado presento y las acciones, en su caso que hizo para superar la disfunción.
7. Describe cada acto sexual que el Agresor Le obligo a realizar explicando el orden en que ocurrió (incluir besos, caricias, tocamientos)
8. Como la mayor precisión posible, describir lo que el agx le decía, Incluya su tono de voz y actitud en su descripción.
9. Si exigió que respondiera a ciertas preguntas, repetir frases, responder verbalmente o de cualquier manera que sea, describa específicamente lo que la obligaba a decir  
10. ¿Observó algún cambio en su actitud y, en caso afirmativo, ¿qué paso inmediatamente?
11. ¿Qué fue lo que hizo para proteger su identidad?  ¿Qué
¿tomó acciones para evitar ser relacionado con el delito (por ejemplo, condones, obligarla a bañarse, etc.)
12. ¿Tiene todas sus pertenencias personales (por ejemplo, joyas, fotografías,
ropa interior), que tenía antes del ataque? Si falta algo, ¿qué es? ¿En qué momento de la agresión lo tomo?  
13. Antes o después del ataque, ¿ha recibido alguna llamada, e-mails, o notas de personas no identificadas  y, en caso afirmativo, sírvase describir con la mayor precisión posible el contenido de esos mensajes.
14. ¿Ha sido víctima en los últimos meses de ladrones, acosadores, mirones, etc.?

 Además de las preguntas anteriores, es imprescindible obtener una descripción física del delincuente física, la dirección y modo de transporte, el acento, deformidades físicas. Una entrevista de tipo cognositiva puede auxiliar en el proceso de memoria.

lunes, 16 de abril de 2012

Teorías explicativas de la Violencia



Webster, Douglas, Eaves y Hart, 1997, autores del HCR-20 (Valoración del riesgo de comportamientos violentos), definen  la violencia como: “un comportamiento que puede causar daño a los demás, un comportamiento que puede generar miedo a otras personas”

“El acto violento no se define solamente por las consecuencias que genera sino que los actos violentos lo son en sí mismos; así, disparar una pistola en medio de un numeroso grupo de personas, aunque no haya víctimas, es un acto violento. Podríamos definir, pues, la conducta violenta como aquélla que pretende y consigue dañar física o psicológicamente a otra u otras personas sin que éstas hayan consentido en recibir este trato”.

Teoría Clásica del Dolor: el dolor está clásicamente condicionado y es siempre suficiente en sí mismo para activar la agresión en los sujetos (Hull, 1943; Pavlov, 1963). El ser humano procura sufrir el mínimo dolor y, por ello, agrede cuando se siente amenazado, anticipándose así a cualquier posibilidad de dolor. Si en la lucha no se obtiene éxito puede sufrir un contraataque y, en este caso, los dos experimentarán dolor, con lo cual la lucha será cada vez más violenta. Hay, por tanto, una relación directa entre la intensidad del estímulo y la de la respuesta.


Teoría de la Frustración (Dollard, Miller y col., 1938): cualquier agresión puede ser atribuida en última instancia a una frustración previa. El estado de frustración producido por la no consecución de una meta, provoca la aparición de un proceso de cólera que, cuando alcanza un grado determinado, puede producir la agresión directa o la verbal. La selección del blanco se hace en función de aquel que es percibido como la fuente de displacer, pero si no es alcanzable aparecerá el desplazamiento.


Teorías Sociológicas de la Agresión (Durkheim, 1938): la causa determinante de la violencia y de cualquier otro hecho social no está en los estados de conciencia individual, sino en los hechos sociales que la preceden. El grupo social es una multitud que, para aliviar la amenaza del estrés extremo, arrastra con fuerza a sus miembros individuales.
La agresividad social puede ser de dos tipos: individual, es fácilmente predecible, sobre todo cuando los objetivos son de tipo material e individualista, o bien grupal. Esta última no se puede predecir tomando como base el patrón educacional recibido por los sujetos, sino que se predice por el referente comportamental o sujeto colectivo, el llamado "otro generalizado", al que respetan más que a sí mismos y hacia el cual dirigen todas sus acciones.


Teoría Catártica de la Agresión: surge de la teoría psicoanalítica (aunque hay varias corrientes psicológicas que sustentan este concepto), la cual considera que la catarsis es la única solución al problema de la agresividad. Supone una descarga de tensión a la vez que una expresión repentina de afecto anteriormente reprimido cuya liberación es necesaria para mantener el estado de relajación adecuado. Si se produce la catarsis, la persona se sentirá mejor y menos agresiva; por el contrario, si el mecanismo de liberación catártica está bloqueado, el sujeto se pondrá más agresivo. Hay dos tipos de liberación emotiva: la catarsis verbalizada y la fatiga.


Etología de la Agresión: surge de etólogos y de teorías psicoanalíticas. Entienden la agresión como una reacción impulsiva e innata, relegada a nivel inconsciente y no asociada a ningún placer. Las teorías psicoanalíticas hablan de agresión activa (deseo de herir o de dominar) y de pasividad (deseo de ser dominado, herido o destruido). No pueden explicar los fines específicos del impulso agresivo, pero sí distinguen distintos grados de descarga o tensión agresiva.

Teoría Bioquímica o Genética: el comportamiento agresivo se desencadena como consecuencia de una serie de procesos bioquímicos que tienen lugar en el interior del organismo y en los que desempeñan un papel decisivo las hormonas. Se ha demostrado que la noradrenalina es un agente causal de la agresión. En el trastorno del déficit de atención con hiperactividad (TDAH), sabemos que el componente genético es muy importante y el ambiental lo puede compensar hasta cierto punto.
Podemos concretar que existe una base orgánica para la agresividad sobre la que inciden circunstancias ambientales e intrapsíquicas produciendo una hipertrofia de dicha agresividad que se convierte en violencia. Por tanto, el comportamiento violento se podría condicionar reconduciéndolo hacia la normalidad.


Estandarización de la PCL-R en Población Penitenciaria Mexicana




Una forma para determinar el grado de psicopatía es a través de la Escala de Psicopatía de Hare (Psychopathy Checklist Review [PCL-R]), Hare, 1991, 2003). Esta escala se ha convertido en un instrumento estándar para operacionalizar el concepto de psicopatía, tanto en convictos como en población psiquiátrica, y ha sido ampliamente utilizada para la valoración de psicopatía en el campo de la Psicología Legal y en el Sistema de Justicia Criminal en países como Estados Unidos de Norteamérica y en Canadá. En estos escenarios, los puntajes altos en la escala de psicopatía han mostrado ser relevantes en decisiones relacionadas con las sentencias, la asignación de los convictos dentro de la prisión, otorgar libertad condicional, predicción de reincidencia y predisposición a la violencia y programas.


Feggy Ostrosky y cols. examinaron la confiabilidad, la validez y la estructura factorial de la Escala de Psicopatía de Hare revisada (Psychopathy Check List Review [PCL-R]) en una muestra de 144 internos de una Penitenciaria Federal Mexicana,  los resultados señalan que el PCL-R es un instrumento adecuado para medir psicopatía en la población de convictos mexicanos. Sin embargo, es necesario realizar estudios más detallados sobre la correlación entre la psicopatía con otros rasgos de personalidad y las variables demográficas.


Consulta el artículo completo aquí: http://dl.dropbox.com/u/51965622/pclr.pdf

domingo, 15 de abril de 2012

El enfoque de la actividad rutinaria


El enfoque de la actividad rutinaria empezó como una explicación de los delitos depredatorios. Partió de la base de que, para que tales crímenes acontezcan, debe existir una convergencia en el tiempo y en el espacio de tres elementos básicos: un posible delincuente, un objetivo apropiado y la ausencia de un vigilante adecuado al delito.

 Este enfoque dio por supuesto al posible delincuente y centró su atención en los otros elementos. El vigilante no era normalmente un agente de policía o un guarda de seguridad, pero sí al menos alguien cuya presencia o proximidad disuadiría de la comisión de un delito. Así, un ama de casa o un portero, un vecino o un compañero de trabajo, con su simple presencia, podrían servir como vigilantes.

La vigilancia frecuentemente es inadvertida y, con todo, tiene un efecto potente contra el delito. Y, más importante todavía, cuando los vigilantes están ausentes el objetivo está especialmente expuesto al riesgo de un ataque delictivo. En el enfoque de la actividad rutinaria, se prefiere el término “objetivo” al de “víctima”, que puede estar ausente por completo de la escena del delito. Así, el propietario del televisor suele estar fuera cuando el ladrón se apodera de él. El televisor es el objetivo y la ausencia del propietario y de otros vigilantes hace más fácil el robo. Objetivos de un delito pueden ser una persona o un objeto, cuya posición en el espacio y el tiempo los ponen en mayor o menor riesgo de un ataque delictivo.

 Cuatro elementos principales influyen sobre este riesgo, agrupados bajo el acrónimo VIVA:
 –Valor.
 –Inercia.
 –Visibilidad.
–Acceso.

Estas cuatro dimensiones se tienen en cuenta desde el punto de vista del infractor. Los delincuentes estarían interesados en objetivos a los que atribuyen valor, por el motivo que sea. Así, en las tiendas de discos se robará más el disco compacto del último gran éxito que uno de Beethoven de aproximadamente el mismo precio, puesto que la mayoría de delincuentes desearían tener el primero pero no el segundo.

Inercia es sencillamente el peso del artículo. Así, los productos electrónicos peque- ños se roban más que los artículos más pesados, salvo que estos últimos estén provistos de motricidad o ruedas para aligerar su peso.

Visibilidad se refiere a la exposición de los objetivos a los delincuentes, como, por ejemplo, cuando alguien exhibe dinero en público o pone bienes valiosos junto a la ventana.

 Acceso se refiere al diseño de las calles, ubicación de los bienes cerca de la puerta u otros rasgos de la vida cotidiana que facilitan a los delincuentes hacerse con los objetivos.

Para que tenga lugar el delito depredatorio típico, un posible delincuente debe encontrar un objetivo apropiado en ausencia de un vigilante adecuado. Esto significa que el número de delitos puede incrementarse sin que haya más delincuentes, siempre que existan más objetivos o puedan hacerse con los objetivos en ausencia de vigilantes. Ello significa también que la vida de la comunidad puede cambiar y generar más oportunidades delictivas sin que haya habido incremento alguno de la motivación criminal.

La historia clínica criminológica


La historia clínica criminológica

La historia clínica criminológica es un documento de carácter legal donde se asientan los resultados de la entrevista realizada al interno durante la valoración criminológica.

Presenta la descripción de la versión del delito y la visualización que el supuesto victimario le da al hecho realizado. Todo lo que quede asentado en este documento trasciende, por lo que no se debe esconder, alterar, malversar o preferenciar ningún dato, cuidando de no omitir ni el más mínimo detalle, por más obvio que parezca.

Comprende un conjunto de elementos que permite entender ¿Por qué? ¿ Cómo? ¿Para qué?  y ¿de qué manera? se suscitó una conducta que agredió y, por tanto, se ocasiono daño a un individuo alternando la dinámica personal y social del afectado, así como de la comunidad a la que pertenece. Por tanto, para ser un instrumento de utilidad, requiere de claridad en su redacción, certeza en la aplicación de sus conceptos y honestidad en la toma de datos.


Este escrito narra lo contenido al sujeto en tres momentos distintos: antes de la conducta delictiva, durante la comisión del hecho y el pronóstico y evolución que se aprecia que tendrá el sujeto tras el diagnostico y tratamiento; la historia clínica criminológica habla del pasado, presente y futuro de un sujeto.

Una de las cuestiones más simples y a la vez mas debatidas dentro de la elaboración de la HCC es quien la redacta, el encargado de la elaboración de este documento debe tener presente la imparcialidad en la redacción del texto, por lo que debe explicarle al entrevistado detalladamente en qué consiste el estudio y la importancia de su cooperación para su correcta elaboración.

Se debe evitar al redactar la HCC, la subjetividad o la inclinación particular a un tema o argumento, si bien es cierto que la intuición personal del criminólogo es de gran ayuda para la detección de un diagnostico acertado, ubicar todo el peso de la labor diagnostica en una sospecha puede alterar de manera completa todo el pronóstico del sujeto; así, elaborar pre concepciones sin tener todos los elementos claros, impediría la visualización real de lo que el cuadro clínico está ofreciendo. Induciría la parcialización del interrogatorio o la dirección intencionada del mismo, y no se tendrán las bases científicas para justificar el dictamen.

No se debe abusar de los tecnicismos y de las abreviaturas, pues esto permitirá una seguridad jurídica para quien la redacta, y evitara ambigüedades en la interpretación que pudieran resultar perjudiciales para el sujeto estudiado.

Además de ser útil para el tratamiento y pronóstico del trasgresor, una HCC bien elaborada será un material valioso para identificar perfiles delictivos por género, tipo de delito, mapeo criminal, e incluso la génesis y dinámica de los distintos hechos antisociales. 

El diagnóstico clínico criminológico


El diagnóstico clínico criminológico


El diagnóstico clínico criminológico es un informe de carácter legal realizado mediante un  proceso dinámico que permite al analista establecer hipótesis sobre los factores explicativos de la conducta de un delincuente. No es una evaluación estática, va modificándose conforme se van desvelando rasgos de comportamiento, trastornos de personalidad, entorno cultural, familiar y socio-demográfico, características del delito, nivel de planificación, y la relación víctima –victimario. 
Sirve de base para precisar una clasificación y segmentación en entornos de privación de libertad como ejecución de penas y emitir recomendaciones de medidas cautelares, tratamiento intrapenitenciario, concesión o negación de beneficios preliberacionales y seguimiento de sujetos liberados.


Resistencia de la victima


Resistencia de la victima 

Todo asalto, o acción agresiva, lleva pareja una reacción por parte de la víctima. Es decir, en cualquier caso, siempre debemos esperar una respuesta, de tipo evitativo, por parte de la víctima. Una acción agresiva es vivida por el organismo como una amenaza contra el mismo, ante la cual reacciona, a veces de forma no prevista incluso para la propia víctima.

No obstante, aunque siempre podemos esperar una respuesta, no siempre debemos esperar la misma respuesta de reacción en todas las víctimas. Cada víctima responde ante una acción agresiva de acuerdo con sus rasgos de personalidad, su historia vital, su experiencia, y su propia forma de entender el mundo y sus acontecimientos. Aunque todos vivimos un asalto como una situación de amenaza, no todos entendemos dicha amenaza con la misma gravedad.


Por todo lo dicho, para un investigador es crucial realizar un análisis victimológico (i.e., perfil victimológico) previo al análisis y evaluación de las reacciones de la víctima ante el asalto y, por tanto, de su resistencia ente el mismo. De esta forma, indagar previamente la forma de ser de la víctima, nos proporcionará muchas pistas sobre su modo de reaccionar y las acciones emprendidas por la víctima para hacerlo.

para mas informacion descarga el siguiente enlace: http://dl.dropbox.com/u/51965622/rdlv.pdf